POLIEDRO.

Se presenta al espectador un retrato realizado con materiales metálicos reflectantes. Un poliedro con las caras suficientes como para reflejar todas las facetas del rostro. Todos los ángulos. Los de carne. Los óseos. Las ideas. Las experiencias. Las decisiones que no se tomaron. Las expectativas y los miedos.

Se consigue una reflexión pasada y futura que recopila la memoria y el porvenir, recopiladas en cromadas estampas simultáneas en un ejercicio cubista instantáneo y aséptico. Es el metal dispuesto en teselas el que crea un mosaico periférico. Un panorama fractal suspendido en una impoluta sala. Los puntos cardinales del ser.

Puede visitar la obra cuando lo desee. Permanezca delante del espejo. Vea su reflejo.

Conózcase.

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